Enero 2003    

Boletín de noticias No. 62

 

LA EUCARISTIA, MARIA Y LA ‘BATALLA’ POR LA PAZ

 

    Nuestro Santo Padre recientemente nos dió para nuestra meditación los nuevos misterios del Rosario de la Virgen María, llamados los Mysteria Lucis o “Misterios Luminosos.” En su carta apóstolica, Rosarium Virginis Mariae, hizo la relación de los cinco nuevos misterios: 1) El Bautizo de Nuestro Señor en el Jordán, 2) La Manifestación de Nuestro Señor en las Bodas de Caná, 3) Nuestro Señor Proclama el Reino de Dios y Nos Llama a la Conversión, 4) La Transfiguración de Nuestro Señor, 5) Nuestro Señor instituye la Sagrada Eucaristía como la Expresión sacramental del Misterio Pascual. El quinto misterio luminoso nos llama a una fe más profunda en la real Presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, la institución de la Sagrada Eucaristía en la Ultima Cena. El Papa Juan Pablo II escribe, “Cada uno de estos misterios es una revelación del Reino ahora presente en la misma persona de Jesús, al enfocar nuestros ojos en Cristo, el Rosario también nos hace conciliadores en el mundo. Por su naturaleza como una insistente petición en coro en armonía con la invitación de Cristo de ‘orar sin cesar’ (Lk 18:1), el Rosario nos permite esperar que, aún el el día de hoy, la difícil ‘batalla’ por la paz puede ser ganada.”

   En el segundo Misterio Luminoso, las Bodas de Caná, María, la Madre de Jesús, dijo “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2:5). Nuestra Santísima Madre continúa hoy haciéndose eco de estas palabras a nosotros. Cuando recibimos y adoramos a Jesús Lo escuchamos y obedecemos mejor. ¡María, Madre de la Eucaristía, Madre del mundo, Madre de la Iglesia, Madre de los nonatos, Madre de la esperanza, Madre nuestra, María, Reina de la Paz ...  ruega por nosotros!

 

   San Pablo escribe, “Es Él [Jesús] Quien es nuestra paz” (Efes 2:13). ¿Entonces, porqué no estamos en paz?

¿Qué nos hace pelear por fuera y por dentro? Nos hemos olvidado de Él, quien es nuestra paz. Nos hemos olvidado de como Jesús ganó la paz para nosotros y como Él quiere aún darnos paz. Tenemos que empezar a hacer lo que Jesús hizo, como dice San Pablo, “haciendo la paz a través  de la Sangre de Su cruz (Col 1:20).

El Santo Sacificio de la Misa hace presente el mismo sacrificio de Cristo en la Cruz. Esta es la oración perfecta. Nuestro Salvador conquistó al mundo con amor—Amor crucificado. Jesús nació en el mundo como un bebé y permanece escondido, aún más pequeño, entre nosotros bajo la apariencia de pan. ¡ Si queremos paz, solamente tenemos que recibir y pasar tiempo con Jesús en la Adoración Eucarística!

 

   A pesar de la oscuridad que pueda reinar en el mundo, Jesús— la Luz del mundo— está con nosotros; Su Luz es infinitamente más fuerte que la oscuridad.  Jesús está siempre con nosotros en el Santísimo Sacamento ansiando el día que lo expongamos a Él, que es la Luz, en todas nuestras Iglesias, para que Él disperse el mal y venza a la noche oscura del mundo. Nuestro Salvador espera que nosotros vengamos a Él en esta Sacratísima Eucaristía. Traigámosle nuestras esperanzas, nuestras plegarias, nuestras lágrimas y nuestros temores. Solamente cuando verdaderamente cantemos Sus alanbanzas y Lo entronicemos como Rey en esta Sacratísima Eucaristía  la paz reinará en nuestro mundo.  El Papa Juan Pablo II recientemente reafirmó los cuatro pilares de la paz (verdad, justicia amor y libertad), que el Papa Juan XXIII señaló en su encíclica Paz en la Tierra. En sus escritos, ambos Papas concurren en que la verdaderta paz solamente puede venir de Dios.

   Lo que el mundo necesita más no es la ausencia de guerra, sino la Presencia Eucarística de Dios, el cual es  la Paz. ¿Le daremos a Él,, que es la Paz, la oportunidad de entrar en nuestros corazones y volver a crear nuestro mundo? (Adaptado del libro Pan de Vida, disponible a través de nosotros).

 

 

¡COMIENCE HOY LA ADORACION EUCARISTICA PERPETUA EN SU PARROQUIA!

 

 

 


Santa Elizabeth Ann Seton, Viuda, Madre, Religiosa (E.U.) 1774-1821— Ene. 4

Santa Elizabeth, fundadora de las Hermanas de la Caridad, fundó la primera escuela parroquial en los Estados Unidos, y fue la primera ciudadana nativa en ser canonizada. Fue la real Presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento lo que la llevó a su conversión al Catolicismo. Ella escribió: “Dios está en todas partes, en el aire que respiro, sí, en todas partes, pero en Su Sacramento del Altar Él está tan presente, actual y verdaderamente como mi alma dentro de mi cuerpo; en Su Sacrificio ofrecido diariamente está tan verdaderamente como lo estuvo cuando fue ofrecido en la Cruz.”

San Ramón de Peñafuerte, Sacerdote, Teólogo, (España) 1175-12-75—Enero 7

San Ramón fue un sacerdote dominico español muy instruído en teología y ley canónica. Tenía una vida de oración muy profunda y era muy devoto a Jesús en el Santísimo Sacramento de la Misa y la Adoración. En una ocasión, un hermano laico asistió a una misa ofrecida por San Ramón. En el momento de la consagración, cuando San Ramón elevó el Cuerpo de Cristo (en la Hostia), apareció, en vez de la Hostia, el cuerpo humano de Jesús como niño!

San Francisco de Sales, Obispo, Doctor, Patrón de los Escritores (Francia)1567-1662–1567-1622–Ene.24

Él escribió: “Igual que las liebres montañosas se vuelven blancas en el invierno porque no pueden ver ni comer más que nieve, igualmente cuando ustedes adoran y se alimentan  de belleza, pureza y la misma bondad en la Eucaristía, ustedes se volverán completamente bellos, puros y buenos. El dijo: “En ningún otro lugar encontramos a nuestro Salvador más tierno o más amoroso que aquí donde diríamos que se aniquila a Si Mismo y se reduce a alimento para penetrar nuestras almas ty unirse a los corazones de Sus amigos.”“Demos visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento cien mil veces al día.”

Santo Tomás de Aquino, Doctor, Patrón de las Escuelas Católicas (Italia) 1225-Ene. 28

Santo Tomás era conocido como “el sol de las escuelas teológicas” y por su gran amor a Jesús en el Santísimo Sacramento, él escribió muchas oraciones e himnos que la Iglesia continúa usando para  honrar a Nuestro Señor en la Eucaristía. Santo Tomás dijo: “El Sacramento del Cuerpo del Señor hace que los demonios huyan, nos defiende contra los incentivos del vicio y la concuspicencia, limpia nuestra alma del pecado, mitiga la ira de Dios, ilumina el entendemiento para conocer a Dios, inflama la voluntad y el afecto con el amor de Dios, llena la memoria con dulzura espiritual, confirma al hombre entero en el bien, nos libra de la muerte eterna, multiplica los méritos de una buena vida, nos conduce a nuestro eterno hogar, y reanima el cuerpo para la vida eterna.” En su lecho de muerte, con ojos llenos de lágrimas, antes de recibir la comunión, dijo: “Creo firmemente que Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, está presente en este augusto Sacramento. Yo Te adoro, mi Dios y mi Redención, el Viático de mi peregrinación, por cuyo honor he estudiado, trabajado, predicado y enseñado.”

San Juan Bosco, Sacerdote Fundador Salesiano, Patrón de Editores (Italia)1815-18888— Ene. 31

San Juan Bosco escribió: “Les ruego que recomienden a todo el mundo, primero la adoración del Santísimo Sacramento y después la  reverencia a María Santísima.”

 

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