Febrero 2002                                                                                        Boletín de noticias No. 51


 La Eucaristía — El Sacrificio de Cristo

“Deseo llamar la atención sobre la posición central de la Eucaristía en la vida del mundo para lo cual el Señor nos ha llamado a ser la semilla de la renovación.  Si la Iglesia vuelve a su origen Eucarístico, recobrará su naturaleza y su fuerza auténticas, dando así relatividad a los urgentes debates sobre cuestiones de organización mientras que harán  resaltar la consagración a Dios y la participacióm fraternal que le permitirá superar la fragmentación y la división.  Es más, la poderosa presencia del sacrificio de Cristo en la Eucaristía evita que la Misa sea reducida a ser una reunión para un banquete festivo. El Sacrificio permanece para siempre como signo de contradicción , y es el lugar donde podemos verificar el grado de nuestra conformidad con el mensaje radical de Cristo, en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos y hermanas.  (Papa Juan Pablo II, Ene.2002)
 

Después de la Ultima Cena Jesús fue al huerto a orar. Mientras que oraba empezó a sudar sangre porque se dió cuenta que el don de la Sagrada Eucaristía  que acababa de dar a la humanidad sería rechazado por muchos y apreciado por muy pocos.  Vío al pasar de los siglos cuántos se apartarían de Su amor Eucarístico y ni siquiera se molestarían en asistir a  Misa los domingos.  Vió como, en tantos tabernáculos del mundo, Lo dejarían solo y abandonado.  Vio qué pocos creerían en Su Real Presencia y que  menos aún responderían a Su llamado de ser amado día y noche en el Santísimo Sacramento.  Vió como la mayoría de las personas vivirían sus vidas como si Él no estuviera aquí—Dios viviendo entre Su pueblo en el Santísimo Sacramento.  Viene a traer tantas gracias y bendiciones, y sin embargo qué pocos vienen a recibirlas.  “Vino entre los suyos y los suyos no lo recibieron” (Jn. 1:11)

¿Qué puede compararse con Su sacrificio?  Jesús entregó Su Cuerpo en la Cruz por amor de ustedes, para poder darles Su Cuerpo a ustedes en la Sagrada Eucaristía, y hacerse uno con ustedes para siempre en la gloria eterna.  Como el trigo cuando es golpeado, partido y triturado antes de convertirse en pan, Jesús quiso ser golpeado, partido y triturado en Su pasión para poder convertirse para nosotros en el “Pan Vivo bajado del cielo.”  “El pan que yo les doy es Mi carne para la vida del mundo” (Jn 6:51).

Mediante el sacrificio de Cristo en la Cruz hemos obtenido el don de la Sagrada Eucaristía. El Viernes Santo le sigue al Jueves Santo porque la pasión y muerte de Jesús fue el precio que Él pagó para que tuviéramos vida divina, inmortal y eterna en Él, en la nueva y eterna alianza de la Sagrada Eucaristía. La Eucaristía fluye de la pasión de Nuestro Señor.  Él derramó hasta la última gota de Sangre en la Cruz para llenarnos de Su divino amor cada vez que lo recibimos en la Sagrada Comunión.  ¡Que oportunidad tan maravillosa  tenemos para darle gracias por su gran Don!  Con nuestro sacrificio de pasar una hora con Jesús en la Adoración Eucarística  le agradecemos todos los sufrimientos que soportó para darnos el don de Si Mismo en la Sagrada Eucaristía. Nuestro Sacrificio de pasar una hora con Él todas las semanas en Adoración Eucarística Perpetua ganará estas gracias para aquéllos que están lejos de Jesús, y los acercará a Él en el Santísimo Sacramento. (De nuestro Panfleto A-2)

“La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad de culto Eucarístico.  Jesús nos espera en este sacramento de amor.  Seamos generosos con nuestro tiempo para ir a Su encuentro en una adoración y contemplación llena de fe y dispuesta a hacer reparación por las grandes faltas y crímenes del mundo.  Que nuestra adoración nunca cese.”  (Papa Juan Pablo II, Dominicae Cenae, Ch. I, Sec. 2, Art. 3)

 “La hora santa en nuestro moderno correcorre es necesaria para la oración auténtica . . . . No somos llamados a hacer grandes penitencias, y muchas interferirían con nuestro deber, pero la hora (santa) es nuestro sacrificio diario en unión con Cristo.” (Arzobispo Fulton  J. Sheen)
 

 Reflexiones de Cuaresma

“La Eucaristía es un sacrificio interminable.  Es el Sacramento del amor, del amor supremo, el acto del amor.”  (St. Katharine Drexel)
 

“Lourdes, donde los que no son católicos se imaginan que le damos a María una eminencia inmerecida, es, sin duda, el lugar en todo el mundo donde se le da mayor gloria a Cristo en la Eucaristía.  Es el único lugar del mundo donde, bajo el velo de la Hostia, Cristo se rodea de tanta gente rica y está tan cerca de ellos como lo estaba durante vida mortal. Su madre ora por esos cuerpos y esas almas, y Cristo los cura.  En Lourdes la procesión del Santísimo Sacramento empieza en la Gruta para mostrarnos que Jesús nos fue dado por la Virgen. Y ella, que estuvo en Gólgota parada al pie de la Cruz del Hombre condenado, está de pie aquí al lado del Rey de la gloria eterna.” (Francois Mauriac, Jueves Santo)
 
“Es ahí en Su Eucaristía donde Él me dice: ‘Tengo sed, estoy sediento de tu amor, tus sacrificios, tus sufrimientos. Estoy sediento de tu felicidad, porque fue para salvarte que vine a este mundo, que sufrí y morí en la Cruz, y que para consolarte y darte fuerza te dejé la Eucaristía.  Así que ahí tienes toda Mi vida, toda mi ternura.’” (Madre María de Jesús, fundadora de las Hermanas de María Reparadora)

“Pongo ante ti la cosa más grande que puedes amar en la tierra: el Sagrado Sacramento . . . . Allí encontrarás romance, gloria, honor, fidelidad, y el verdadero camino de todos tus amores en la tierra, y más que eso:muerte: por la divina paradoja, lo que termina la vida, y exige la renuncia a todo, y sin embargo por el gusto (o anticipación) de lo cual solamente puedes buscar en tus relaciones humanas (amor, lealtad, alegría) mantenerse, o adquirir ese carácter de realidad, de paciencia, que todo corazón humano desea.” (J.R.R. Tolkien)

 (Propiedad literaria, Misioneros del Santísimo Sacramento.  Todos los derechos reservados)

Jesús dijo, “¿No podrían velar una hora Conmigo?" Ayúdenos con sus oraciones y donativos a  traer personas a Jesús en Adoración. Sea generoso con una donación,deducible de impuestos, por $25, $50, $100, $500 o más.  Se aceptan Visa & Mastercard.

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