Septiembre 2000

En 1980 Nuestro Santo Padre pronunció una alocución en la Basílica de Montmartre, en Francia, donde hablódel Sagrado Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento, que ha sido adorado perpetuamente allí desde hace más de cien años. El declaró: “Venimos aquí a a encontrarnos con el Corazón de Jesús, traspasado por nosotros, del cual brota agua y sangre. Es el amor redentor, donde se origina la salvación, nuestra salvación, que es el origen de la Iglesia.Ahora todavía, hoy, el Cristo vivo nos ama y nos presenta su corazón como la fuente de nuestra redención... Somos llamados no sólo a meditar y contemplar sobre este misterio del amor de Cristo; sino a tomar parte en él. Es el misterio de la Sagrada Eucaristía, el centro de nuestra fe, el centro de nuestro culto al amor misericordioso de Cristo manifestado en este Sagrado Corazón, un misterio que es adorado aquí día y noche. En la Sagrada Eucaristía--que es también el significado de la Adoración Perpetua-- entramos en el movimiento de amor del cual viene todo progreso interior ysurge toda eficacia apóstolica.”

En Diciembre 2, 1981, el Papa Juan Pablo II comenzó la Adoración Eucarística Perpetua con Exposición en una capilla de San Pedro en Roma, esperando y orando para que cada iglesia católica en el mundo siguiera el ejemplo. En la oración de la apertura, “Quédate con nosotros, Señor”, el Papa exhortó a todas las parroquias a comenzar la Adoración Eucarística Perpetua. Igualmente, proclamó que “la manera más segura y más efectiva de establecer la paz duradera en la faz de la tierra es a través del gran poder de la Adoración Eucarística del Santísimo Sacramento.”

A su llegada a Corea del Sur en Octubre 7, 1989, para el 44o Congreso Internacional Eucarístico, el Santo Padre fue a la Parroquia del Buen Pastor en Seul. Esta es una de las setenticinco parroquias en Corea del Sur que tiene Adoración Eucarística Perpetua. Durante un período de Adoración Eucarística alli, el Santo Padre dió una homilía en la que dijo: “Es muy apropiado que en mi primera parada con el pueblo de Corea del Sur haya sido en una iglesia como ésta, donde las mentes y los corazones de los fieles están constantemente elevados en adoración ante Cristo en la Sagrada Eucaristía.” (L’Osservatore Romano, Edición Inglesa, Octubre 16, 1989).

En su carta de 1996 al Obispo de Liege, Nuestro Santo Padre dice: “Con la adoración [del Santísimo Sacramento], el cristiano misteriosamente contribuye a la radical transformación del mundo y a sembrar el Evangelio.”

La Adoración Eucarística Perpetua promueve el objetivo del Concilio Vaticano Segundo-- el involucrar a los laicos. Es ambos, un apostolado y un medio para su desarrollo espiritual y personal. El Papa Juan Pablo II dice en Dominicae Cenae: “El estímulo y la intensificación del culto Eucarístico son pruebas de la auténtica renovación que el Concilio se impuso como fin y del cual son ellos el punto central,” y “Jesús nos espera en este Sacramento de Amor. Seamos generosos con nuestro tiempo para encontrarnos con Él en Adoración y contemplación llena de fe y prontos a ofrecer reparación por las grandes faltas y los crímenes del mundo.”

Una y otra vez, Nuestro Santo Padre ha repetido su gran deseo de que se propague la Adoración Perpetua de Jesús en el Santísimo Sacramento por todo el mundo. El Papa continuó dando testimonio de esta gran necesidad durante su más reciente visita a las Américas. En la misa que celebró en el Pabellón “Trans World” de St. Louis, Nuestro Santo Padre dijo, “En la Adoración Eucarística nos encontramos con el misericordioso amor de Dios que pasa a través del Corazón de Jesucristo.” A su llegada a la Catedral en San Luis para el servicio de oración interdenominacional, Su Santidad se arrodilló primero ante Jesús Sacramentado, para orar algunos minutos y sacar fuerzas de la Presencia Personal de Jesús, que es Unidad y Amor.

Esto es lo que dijo Nuestro Santo Padre en su primera encíclica: “Todos los miembros de la Iglesia, especialmente los Obispos y los Sacerdotes, deben observar vigilancia en ver que este Sacramento de Amor ocupe el centro de la vida del pueblo de Dios, de manera que en todas las manifestaciones del culto que se le debe, se le devuelva a Cristo “amor por amor”; y que verdaderamente se convierta en la vida de nuestras almas,” (Redemptor Hominis, El Redentor del Hombre).

San Pablo dice que, “La fe nos viene por medio del oído, y cómo pueden oir a menos que haya alguien que predique?” ¡El Papa Juan Pablo II está llamando ahora a todo el pueblo de Dios a predicar!Los laicos tienen que aprender a evangelizarse los unos a los otros y en las parroquias. El Papa nos dice que ésta es la era para la Evangelización Eucarística y está llamando a todas las parroquias a tener Adoración Eucarística Perpetua con exposición. Digamos que “sí” al llamado de nuestro Santo Padre de evangelizar con La Eucaristía.

Al celebrar el 2000 cumpleaños de Jesús, cumplamos con la voluntad de Nuestro Padre Celestial, según ha revelado Nuestro Santo Padre en la tierra, de que Jesús en el Santísimo Sacramento sea adorado perpetuamente en “todas las parroquias y comunidades cristianas de todo el mundo.” Respondamos generosamente y “tomemos parte de manera activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia en este gran momento histórico, y especialmente drámatico por ocurrir en el umbral del Tercer Milenio,” (Christifideles Laici, Los miembros del Pueblo Fiel de Dios).

Nuestro culto como comunidad en la Misa debe acompañarse con nuestro culto personal a Jesús en la Adoración Eucarística para que nuestro amor sea completo.

"...Sí, amados hermanos y hermanas, es importante que vivamos y enseñemos a vivir los misterios totales de la Eucaristía: el Sacramento de Sacrificio, del Banquete, y de la Presencia permanente de Jesucristo el Salvador.... las varias formas de culto a la Sagrada Eucaristía son una extensión y a la vez una preparación para el Sacrificio de la Misa y de la Comunión. ¿Será necesario insistir de nuevo en las profundas motivaciones espirituales y teológicas del culto al Santísimo Sacramento fuera de la celebración de la Misa? Es verdad que la reserva del Sacramento se hizo, desde el principio, para poder tomar la Comunión a los enfermos y a aquéllos ausentes de la celebración Pero, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, 'para profundizar la fe en la Real Presencia de Cristo en Su Eucaristía, la Iglesia se hizo conciente del significado que tiene adorar silenciosamente al Señor presente bajo las especies Eucarísticas'" (n. 1379). (Papa Juan Pablo II, homilía de junio de 1993, Congreso Eucarístico Internacional en Sevilla, España)

"Fuera de la celebración Eucarística, la Iglesia cuida de venerar el Santísimo Sacramento ... Cuando permanecemos en silencio ante el Santísimo Sacramento, es a Cristo total y realmente presente, al que descubrimos, al que adoramos y con el que estamos en contacto...." (Papa Juan Pablo II, carta de mayo, 1996, al obispo de Liege)

"La Iglesia Católica siempre ha ofrecido, y sigue ofreciendo, el culto de adoración al sacramento de la Eucaristía, no sólo durante la Misa, sino también fuera de la misma, reservando las hostias consagradas con el mayor cuidado, exponiéndolas a la solemne veneración de los fieles, y llevándolas en procesión," (Papa Pablo VI, Mysterium Fidei, 56).

El Artículo 80 de La Sagrada Comunión y el Culto de la Eucaristía fuera de la Misa dice: "La misma piedad que mueve a los fieles a la adoración de la Eucaristía los atrae hacia una participación más profunda en el misterio Pascual."

"Él [Cristo] tomó Carne de la carne de María. Caminó sobre la tierra en esa misma Carne, y nos dió esa misma Carne a nosotros para ser comida para nuestra salvación. Es más, nadie come esa Carne si no la ha adorado antes. ¿Quién sino Cristo es el Pan del cielo?" (S. Agustín)